Los voluntarios de Caritas de la Parroquia San Antonio de Padua, en Ecuador han dado una respuesta positiva al llamado del Señor Jesús, de saber compartir con los más necesitados los bienes materiales y espirituales; en esta vez nuestros hermanos pusieron en práctica lo que dice el Señor en el Evangelio: “Venid, benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y acudisteis a mí”. Solo bastó una motivación para que se lanzaran a ir al encuentro de los más necesitados; también nuestros feligreses traían de lo poco que tenían para dar a los pobres; esto nos motiva a nosotros los frailes a seguir promoviendo la caridad solidaria, ya que en estos últimos tiempos como que se va perdiendo poco a poco. Lo que pudimos constatar que por falta de incentivo, muchos de nuestros hermanos no se arriesgan a compartir, pero motivándolos dan de una forma espontánea, e inclusive mucho más de lo que uno se imagina.
Pues estas palabras del Evangelio para muchos fue la clave para ir al encuentro del otro y ver cuáles son sus necesidades, en algunos casos cuando visitábamos nos pudimos dar cuenta que muchos de nuestros hermanos viven en la indigencia; lo más triste fue ver niños y ancianos abandonados que solo quieren que alguien les escuche lo que están sufriendo, que les hagan sentir que también son nuestros hermanos.
En todo esto sentimos que el Señor Jesús estaba con nosotros, porque todo salió con éxito; al inicio cuando pedíamos, que si alguien quiere colaborar con los pobres ya sea con víveres y ropa para los más necesitados, para dar inicio a la misión, la gente no se hizo esperar, enseguida empezaron a depositar de lo poco que tenían. A nosotros lo frailes nos parecía estar viviendo los inicios del cristianismo que nos narra el libro de los hechos de los apóstoles “La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo lo tenían ellos en común". La verdad que no eran grandezas las que daban, pero había amor para con el otro. Gracias a la motivación de Fray Marco esta primera misión de la Caritas Parroquial solio bien, esperamos que en lo posterior se unan otras personas más.
Fray. Vicente Carloman Tandazo Gallegos OFM.Conv
Pues estas palabras del Evangelio para muchos fue la clave para ir al encuentro del otro y ver cuáles son sus necesidades, en algunos casos cuando visitábamos nos pudimos dar cuenta que muchos de nuestros hermanos viven en la indigencia; lo más triste fue ver niños y ancianos abandonados que solo quieren que alguien les escuche lo que están sufriendo, que les hagan sentir que también son nuestros hermanos.
En todo esto sentimos que el Señor Jesús estaba con nosotros, porque todo salió con éxito; al inicio cuando pedíamos, que si alguien quiere colaborar con los pobres ya sea con víveres y ropa para los más necesitados, para dar inicio a la misión, la gente no se hizo esperar, enseguida empezaron a depositar de lo poco que tenían. A nosotros lo frailes nos parecía estar viviendo los inicios del cristianismo que nos narra el libro de los hechos de los apóstoles “La multitud de los creyentes tenía un solo corazón y una sola alma. Nadie consideraba sus bienes como propios, sino que todo lo tenían ellos en común". La verdad que no eran grandezas las que daban, pero había amor para con el otro. Gracias a la motivación de Fray Marco esta primera misión de la Caritas Parroquial solio bien, esperamos que en lo posterior se unan otras personas más.
Fray. Vicente Carloman Tandazo Gallegos OFM.Conv
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